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Limón, nuevo punto de desembarque de narcos colombianos

  • 28 enero 2013 /

DLCN indica que 11 carteles hondureños forman parte de la red de narcos.

    Cinco carteles colombianos utilizan el territorio hondureño como punto de desembarque de la droga en su camino a México y Estados Unidos.

    Informes de investigación de la Dirección de Lucha contra el Narcotráfico (DLCN) y de las Fuerzas Armadas de Honduras, así como de la Policía Antinarcóticos de Colombia y de la Armada de este país, concluyeron que las bandas de traficantes colombianos de cocaína y marihuana que operan en el país son Los Rastrojos, Los Urabeños, Los Mellos, la Oficina de Envigado y el cartel de Daniel Loco Barrera.

    El Loco Barrera era el narcotraficante más poderoso de los llanos orientales colombianos, tenía tres identidades y para no ser identificado por las autoridades se había borrado las huellas dactilares.

    El general Luis Alberto Pérez Alvarán, director de la Policía Antinarcóticos de Colombia, afirmó que Barrera tenía como contacto a Matthew Ian Ferguson, alias Matlock (43), ciudadano nacido en Bahamas que tenía 20 años de residir en Colombia.

    Matthew era el encargado de conseguirle pilotos colombianos al Loco para que le transportaran la droga a Honduras.

    Por mar

    Los narcos envían el “producto” por la vía marítima desde nueve zonas portuarias colombianas, siete de ellas en la costa del Caribe: La Guajira, Santa Marta, Ciénaga, Barranquilla, Cartagena, Golfo de Morrosquillo, Urabá y San Andrés, y dos en el Pacífico: Buenaventura y Tumaco.

    La droga llega casi a diario al Caribe hondureño en pequeños submarinos, lanchas rápidas, botes pesqueros y lanchas pequeñas conocidas como tiburoneras y jamaiquinas. Las rutas para el ingreso de los cargamentos varían. La mayoría entra por La Mosquitia, específicamente por las playas de Raya, barra del río Coco Segovia, Palacios, Brus Laguna, Canal de Tusigacha y Kruta.

    Sin embargo, la Fuerza Naval Hondureña ha detectado que la mayor parte de las lanchas rápidas desembarcan la droga en Limón, municipio del departamento de Colón, de apenas 643 kilómetros cuadrados y unos 9,000 habitantes.

    Limón limita al norte con el mar Caribe, al sur y al este con el municipio de Iriona y al oeste con Trujillo y Santa Rosa de Aguán.

    “Obtuvimos información de movimientos de lanchas rápidas a gran escala en Limón, que es un punto nuevo adonde está llegando la droga. Estos grupos delictivos tienen posicionada su gente en Limón, desde donde controlan nuestros movimientos y por eso no habíamos logrado detectarlos”, dijo Jesús Benítez, miembro del Estado Mayor Naval de Honduras.

    Los narcos sudamericanos tardan unos cinco días en recorrer por mar los 3,500 kilómetros que separan las costas de Colombia de Honduras. Ellos han diseñado nuevas rutas que les permiten evadir a las fuerzas navales de Colombia, Panamá y Honduras.

    Benítez añadió que la estructura geográfica de Limón se presta para desembarcar y transportar rápidamente la droga en vehículos que salen por diferentes rutas a diversos destinos del país.

    Dos golpes

    El año 2012 y el inicio de 2013 han sido fructíferos para la lucha antidrogas que libran las Policías de Colombia y Honduras con el asesoramiento de Estados Unidos.

    En julio de 2012 cayó en La Ceiba Alexander Montoya Usuga, alias Flaco, considerado el número dos en la cadena de mano del cartel de Los Urabeños.

    Flaco fue apresado en un lujoso hotel ceibeño. Era el encargado de dirigir los envíos desde Colombia y de recibir la droga en Honduras. Además de los intermediarios hondureños que forman parte del “negocio”, la principal sociedad de Los Urabeños es con los Zetas, cartel del crimen organizado mexicano que comercializa la droga en México y la introduce en Estados Unidos.

    El 19 de enero, en una residencial en La Ceiba, autoridades de Colombia y Honduras apresaron a uno de Los Mellos, identificado como Amaury Smith Pomare. Amaury en sus inicios en el mundo de la droga, según la Policía Antinarcóticos de Colombia, formaba parte de Los Rastrojos como encargado de enviar la droga al país. Luego se independizó y con su hermano gemelo le dio vida al cartel conocido como Los Mellos.

    Los carteles hondureños

    Los cuerpos de inteligencia de la DLCN han detectado que 11 carteles hondureños operan en el país. No “trabajan” solos: son socios de colombianos y mexicanos.

    “Los carteles en Honduras no solo sirven de apoyo en las tareas de trasiego de la droga; ya son parte de la red transnacional. Uno de los más fuertes es el cartel de occidente, que opera desde La Entrada, Copán, hasta las fronteras con Guatemala. Otros operan en Olancho, Colón, El Paraíso, Atlántida, Yoro, Santa Bárbara, Cortés, Islas de la Bahía y La Mosquitia.

    Además de facilitar el aterrizaje de narcoavionetas en sus haciendas y pistas clandestinas y del desembarco de la droga de las embarcaciones, estos carteles hondureños se encargan de elaborar planes, transportar y almacenar el “producto”, brindar asesoría legal, realizar inversiones y lavado de dinero”, establece la investigación de la Dirección de Lucha contra el Narcotráfico.

    “Los hondureños trabajan con un líder que es colombiano o mexicano. Con la droga aquí, los nacionales son los responsables de custodiar y transportarla a Guatemala o El Salvador. Los capos extranjeros cuando están acá se dedican a fortalecer sus organizaciones delictivas, hacer nuevos negocios y mujerear sin preocupaciones.

    Hay que recordar que el número dos de Los Urabeños fue apresado por su debilidad por las mujeres y Amaury cuando en estado de ebriedad se divertía con unas prostitutas”, establece el informe de la DLCN.

    “Flaco” y “Mello” tenían su búnker en La Ceiba

    Alexander Montoya Usuga, alias Flaco, el número dos en la cadena de mando de Los Urabeños, había logrado por años burlar a las autoridades. Se movía permanentemente a sus anchas entre Colombia y Honduras.

    Sin embargo, cometió un error que pagó caro: se hizo visible. Montoya salió a Honduras el 17 de marzo de 2012 tras robarse una avioneta en un hangar del aeropuerto El Dorado, de Bogotá.

    “Conocida su debilidad por las mujeres, la misión de capturar a uno de los narcos más buscados de Colombia fue encomendada a una atractiva oficial colombiana”, relató un miembro de la Policía Antinarcóticos.

    La mujer viajó a Honduras y se hizo pasar como esposa de un oficial hondureño. La nueva “pareja” tenía otro dato del capo: siempre estaba acompañado por un perro.

    Varias semanas ocuparon para dar con el paradero de Montoya. Estaba alojado en un fino hotel en La Ceiba. Los “esposos” alquilaron una cabaña y no tardaron en descubrir a un hombre con un perro en brazos, acompañado de numerosa escolta. Se planificó el operativo de captura y se materializó entre autoridades colombianas y hondureñas el 19 de julio de 2012.
    “El Mello”

    La inteligencia colombiana en coordinación con la Infantería de Marina, cuerpo especializado de la Fuerza Naval de Honduras, y la DLCN, capturó a Amaury Smith Pomare, uno de los cabecillas del cartel Los Mellos de Casandra. Amaury había llegado al país en julio de 2011 tras el asesinato de su hermana Jackeline, muerta en medio de una guerra por el control del narcotráfico en San Andrés. Los hermanos gemelos salieron de la isla. Uno llegó a Honduras y el otro a Panamá.

    “Tras seis meses de investigación localizamos a Amaury y a Mario, los llamados Mellos de Casandra. El primero fue capturado en La Ceiba y el otro en Panamá. Ambos tienen una trayectoria criminal dedicada al narcotráfico de más de 20 años”, dijo José Roberto León, director de la Policía de Colombia.

    Amaury era pescador. La alianza con Los Rastrojos le permitió con su hermano conocer rutas y controlar el envío de cargamentos; después armó una organización independiente al servicio de varias mafias. “Comenzaron siendo motoristas de lanchas. Transportaban envíos de cocaína a Centroamérica y Estados Unidos. Tenían gran logística y conocían las rutas, lo cual les facilitó crecer en el negocio”, agregó.

    Red de capos colombianos en operaciones con Honduras

    Oficina de Envigado Maximiliano Bonilla, alias “Futbolista”, uno de los capos más buscados por traficar cocaína a Honduras con destino a Estados Unidos.

    Daniel “Loco” Barrera tiene contactos con los carteles de Sinaloa y Los Zetas, utilizaba a Honduras para el envío de droga. Fue capturado en Venezuela.

    Los rastrojos. Javier Antonio Calle, alias ‘Comba’, se entregó en Aruba a las autoridades de Estados Unidos y fue llevado a Nueva York tras negociar en julio de 2012.

    Los Urabeños. Usuga es líder de la agrupación. Conocido con los alias de Otoniel, Mauricio y Mao. EUA ofrece cinco millones de dólares por su captura.

    Los Rastrojos. Diego Pérez era el cabecilla de la organización criminal. Fue arrestado en Venezuela en julio de 2012. Se ofrecía recompensa por su captura.

    Los Urabeños. Muerto en la operación Colombia 25, de la Policía Antinarcóticos, que buscaba capturarlo. Era el jefe militar y encargado de coordinar rutas de cocaína.